Los Bravos de León arrancaron la serie frente a Pericos de Puebla con el ímpetu de quien acaba de barrer a los Tigres, pero todo ese ánimo se quedó en el vestidor. En una noche compleja en el Estadio Domingo Santana, la novena del Bajío fue superada ampliamente por una ofensiva poblana que no tuvo piedad y dejó a los Bravos con más dudas que certezas.

Desde el segundo rollo, la serpentina del estadounidense Derek West comenzó a tambalear. Juan Santana rompió el cero, seguido de un imparable remolcador de Simón Muzziotti. Miguel Guzmán también se apuntó con producción, y Miguel Aparicio puso la cereza al rally con un elevado de sacrificio. Así comenzó una pesadilla que se repetiría en la cuarta y la séptima.
En el cuarto inning, los Pericos repitieron la dosis con otro rally que terminó por explotar a West del montículo. Guzmán, Torrealba y Adames castigaron sin piedad y sumaron más leña al fuego. Aunque los Bravos intentaron reaccionar, las apariciones de Emailin Montilla y Edgar Santana contuvieron cualquier intento de rebelión.

Henry Urrutia aprovechó un wild pitch para poner la primera de León en el marcador, y Aderlín Rodríguez también anotó tras el rodado de Pimentel. Jermaine Palacios sacó su cuarto cuadrangular del año, y Kerrigan produjo otra más. Parecía que los Bravos estaban vivos, pero en el “lucky seven”, Pericos echó el último clavo al ataúd con tres carreras más.
Con pizarra final de 13-5, los visitantes se llevaron el primero de la serie. Este sábado, los Bravos buscarán el empate con el zurdo Faustino Carrera en la lomita, mientras que los poblanos mandarán a Vladimir Gutiérrez. La batalla comienza a las 18:00 horas y los de casa necesitan más que coraje, necesitan reacción.
