Si pensabas que el Callejón del Beso era el más apretado de Guanajuato Capital, espera a conocer el callejón de “Los Changos”, un pasadizo tan estrecho que parecería hecho para changos de verdad. Este rincón oculto, con apenas 48 centímetros de ancho y poco más de 10 metros de largo, es considerado el callejón más estrecho de toda la ciudad, y algunos aseguran que incluso del mundo. A diferencia de los callejones turísticos que abundan en el centro histórico, este es un espacio privado y casi secreto, que te hace sentir como si hubieras descubierto un portal al pasado más íntimo de la ciudad minera.
Ubicado a un costado del tradicional Jardín del Cantador y muy cerca del acceso principal al también pintoresco callejón del Ramillete, este mini-laberinto inclinado no es para cualquiera. De hecho, subir por ahí requiere no solo valor, sino también equilibrio, porque su inclinación es tan pronunciada que cuenta con una cuerda fija en un costado para poder apoyarte al avanzar. Así que si te animas a cruzarlo, más te vale dejar los tamales para después y entrar con el estómago vacío.
Lo que hace aún más curioso este callejón es su condición de espacio privado, por lo que no siempre está abierto al paso de curiosos, lo que suma puntos a su misticismo y lo convierte en una verdadera joyita escondida entre los miles de callejones que serpentean Guanajuato. El callejón de “Los Changos” no solo destaca por su angostura, sino por su carácter casi clandestino, lo que lo vuelve irresistible para los amantes de los secretos urbanos y los rincones con historia.
Si estás buscando nuevas rutas para conocer la ciudad, o simplemente quieres presumir que encontraste un callejón más curioso que el del Beso, este es tu momento. “Los Changos” te espera, si te atreves a entrar. Solo no te quedes atorado.
ASÍ LLEGAS A ESTE CALLEJÓN.👇
