En un duelo cardíaco de 11 entradas, la novena de León volvió a levantar la mano con una victoria de alarido 7 a 6 sobre los Olmecas de Tabasco, y el nombre que todos corearon fue el de Aderlín Rodríguez. El quisqueyano abrió y cerró el juego con panorámicos cuadrangulares, dejando claro por qué es el mandón de los jonrones en la Liga Mexicana de Beisbol. Con este resultado, los Bravos suman su segunda serie ganada al hilo y, ojo, también su segundo triunfo fuera de casa.
Aderlín no solo se fue para la calle en dos ocasiones (jonrones siete y ocho de la temporada), sino que además se trepó a la cima de otros departamentos ofensivos, 12 dobletes y 24 carreras anotadas. Sí, el dominicano está encendido y no parece tener freno.
Pero no todo fue Aderlín. Sandber Pimentel también puso de su parte temprano en el juego con un doblete productor de tres carreras, que emparejó momentáneamente la pizarra en Villahermosa, donde los Olmecas habían iniciado con un rally de cinco rayitas. Fue un toma y daca de emociones donde el bullpen leonés dijo “presente”, colgando nueve ceros consecutivos para mantener viva la esperanza.
Josh Smith fue héroe silencioso al salir de una casa llena sin outs, y al final Pedro García cerró con broche de oro para conseguir su quinto salvamento. En tanto, Jonás Garibay se llevó la victoria tras apagar un fuego heredado con temple y rectas al corazón del plato.
Ahora los Bravos regresan a casa con récord de 10-11, listos para enfrentar a los Guerreros de Oaxaca en una serie que promete. ¡Y si Aderlín sigue en este plan, más vale que los lanzadores rivales recen antes de subirse a la loma!
