Si pasas seguido por el norte de León y sientes que tus trayectos van más ligeros, no es tu imaginación, el Puente Cañada del Refugio ya quedó reforzado y listo para lo que venga. Sí, ese mismo que tantos dolores de cabeza daba en temporada de lluvias o con el tráfico a tope, ahora presume una estructura más sólida, segura y funcional. Con esta obra, no solo se alivia la carga vial, también se responde a una de las peticiones más frecuentes de quienes usan a diario esta importante vía.
La rehabilitación del puente no fue casualidad ni obra de magia. Fue resultado de un diagnóstico conjunto entre la Dirección de Protección Civil, la Dirección General de Obra Pública y SAPAL, quienes unieron esfuerzos tras escuchar a la ciudadanía. Porque cuando algo falla, lo justo es arreglarlo, y eso fue justo lo que se hizo.
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Durante los trabajos —que ya concluyeron, por cierto— se construyeron muros tipo gavión para estabilizar el costado del puente en dirección a la cañada. Además, se recuperó la capacidad original de la estructura con un muro mecánicamente estabilizado, de esos que aguantan vara en temporadas complicadas. También se instaló un sistema de drenaje pluvial que evitará inundaciones cuando caiga el aguacero.
Este tipo de obras no solo embellecen la ciudad, sino que realmente elevan la calidad de vida de las y los leoneses. Porque un puente no es solo concreto y acero; es una vía que conecta familias, trabajos, escuelas y sueños. Y ahora, gracias a este reforzamiento, lo hace de forma más segura.
