En tiempos donde todo cambia tan rápido como los memes de moda, hay personas que permanecen firmes como pilares silenciosos, construyendo futuro a punta de vocación, entrega y mucho corazón. Una de esas personas es Edna Chavero Casas, supervisora escolar de la Zona 520 en el municipio de Victoria, quien no solo ha sido testigo de generaciones enteras aprendiendo, sino protagonista de una transformación educativa con más de 46 años de servicio ininterrumpido.
¿QUIÉN ES EDNA CHAVERO CASAS?
Originaria del hermoso municipio de Xichú, esta maestra encontró su vocación entre libros, pizarras y la firme convicción de que educar es un acto de amor profundo. Desde que inició su camino docente allá por 1978, en la escuela de Agua Zarca, no ha parado de sumar esfuerzos, ideas, alianzas y, claro, muchísimas anécdotas que podrían llenar más de un libro.

Pero no se trata solo de trayectoria larga, sino de una llena de sentido. Edna ha sabido que el liderazgo no se impone, se camina. Por eso, en lugar de quedarse en su escritorio con papeles acumulados, prefiere andar aula por aula, escuchando a las y los maestros, acompañando a los estudiantes, proponiendo mejoras y creando ambientes escolares donde florece la confianza.
Y como buena maestra moderna, no se quedó en lo de siempre, ha seguido preparándose en educación, psicología, desarrollo humano e innovación pedagógica. Su objetivo es acompañar con más herramientas a cada comunidad escolar. Porque para ella, la enseñanza no es solo transmitir conocimientos, sino despertar vocaciones, sembrar sueños y fortalecer la autoestima desde la niñez.

Entre sus ideas más aplaudidas están las Fiestas de Lectura, donde los libros dejaron de ser una obligación y se convirtieron en aventuras compartidas. O el proyecto Tipi Lector, que armó toda una revolución lectora en comunidades rurales con ayuda de las familias.
Su estilo es humano, empático y lleno de luz, en sus propias palabras, educar es formar seres íntegros, y eso implica enseñar con el corazón en la mano. No por nada, después de una actividad de lectura, una niña se le acercó para decirle: “Yo no sabía que podía leer tan bonito”. Con eso, se gana el cielo y el respeto eterno.

La Secretaría de Educación de Guanajuato lo tiene claro y le rinde un homenaje merecido. Porque personas como Edna Chavero Casas no se improvisan,se forjan día a día, con tiza, paciencia, visión y toneladas de amor por lo que hacen. Y eso, amigas y amigos, es lo que realmente transforma al mundo.